Masajes eróticos: una forma de sorprender a tu pareja

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¿Alguna vez has probado a darte un masaje erótico? En este artículo te voy a contar una experiencia muy divertida que tuve para darte ideas.

¿Masaje erótico sí o no?

El tema de los masajes eróticos es un tema bastante controvertido, ya que muchas personas lo asocian a la prostitución.

Este es un punto en el que no me quiero detener porque no es la finalidad de este post, sin embargo, si quiero dejar claro mi punto de vista.

No estoy en contra de la prostitución, siempre y cuando nazca de la autodeterminación y el deseo propio de hacerlo.

Por supuesto que estoy completamente en contra de la trata de blancas, pero ese es otro tema. Si hay alguien que voluntariamente se quiere dedicar a dar placer a otras personas, ¿cuál es el problema?

Dicho esto, voy con la aventura:

Mi primera vez con masajistas eróticos

Si eres lector/a habitual de este blog, sabrás que suelo frecuentar locales de ambiente swinger. Pues sí tú también lo haces, sabrás que en algunos que también son spa, como CAP o NAKED SPA, también ofrecen servicios de masajes eróticos.

Yo hacía tiempo que tenía en mente probarlo, pero me daba un poco de palo.

Un buen día conocí a una chica por Tinder que tenía un rollazo increíble. Ya le había hablado alguna vez de mis experiencias swinger y no se había asustado (alguna vez lo he dicho y automáticamente me han cancelado el match).

El caso es que a ella le veía ese punto que hace faltar para ser swinger, no me preguntes que es, pero yo lo noto. Cuando conozco a alguien sé si esta hecha de la pasta liberal o no.

El caso es que habíamos quedado un par de veces, nos habíamos acostado y había habido un feeling muy bueno.

En la primera cita me gastó una broma haciéndose pasar por otra persona, así que dije…”te vas a cagar”.

Más adelante le dije que le quería dar una sorpresa. La llevé a un spa que aparentemente no era liberal ni tenía nada especialmente llamativo (aparentemente). Yo a ella le había hablado de locales, pero no de SPAs, de modo que no sospecho nada.

A sus ojos, el chico de tinder al que estaba conociendo simplemente había decidido llevarle a un lugar para relajarse y tener un bonito detalle. ¡Ja!, ¡qué te lo has creído!.

Estuvimos en el spa durante al menos una hora, charlando, cariñosos, y en general, disfrutando del ambiente y las burbujas.

Le dije que el pack que había contratado venía con masaje y que si quería que fuésemos a dárnoslos. Sus ojos hicieron chiribitas y accedió.

Masajes eróticos para parejas

Efectivamente, existen servicios en pack de masajes eróticos para parejas, es decir, dos masajitas en vez de uno. No recuerdo cómo se llama el servicio que contraté, lo siento.

El caso es que accedimos a una sala pequeñita pero muy bien ambientada, donde en el centro se encontraban dos mesas camilla de masaje. Allí nos esperaban un chico y una chica muy atractivos.

Hasta el momento nada parecía sospechoso. No llevábamos ropa interior, pero sí la toalla anudada. Yo de cintura para abajo y ella, desde las axilas hasta abajo. Todo parecía demasiado normal, incluso yo dudé si no me habría equivocado al interpretar lo que ofrecía aquel masaje.

Pronto me di cuenta que no.

Nos tumbamos boca abajo en cada una de las camillas mirándonos. Ella me extendió la mano desde la suya y nos la cogimos. Todo muy romántico…

Aún recuerdo la cara que puso ella cuando el chico comenzó a tocarle.

Mi masajista comenzó a masajearme los muslos y pronto ya tenía mi pene entre sus manos. Le hice una señal para que fuese más despacio. Quería ver la reacción de ella primero.

¿En qué consiste un masaje erótico para parejas?

El masajista de ella comenzó a acercarse a su clítoris. Yo no lo vi, pero lo supe por sus gestos. Ella pegó un respingo de cuidado.

Su primera reacción fue de incredulidad y creo que sabría decirte exactamente lo que pasó por su cabeza “que coño hago, este me está metiendo mano sin permiso con mi pareja aquí al lado, la que se va a liar”.

Se quedó petrificado y me miraba como preguntando…¿a ti también….?

Yo me hacía el tonto cómo si no entendiese que estaba pasando. Al final ella le dijo…”perdona pero así no…”. Entonces el masajista se quedó a cuadros, no sabía a que se refería, si es que quizás no le estaba gustando.

Entonces yo me eché a reír y le pregunté… pero…¿te estaba gustando?

Ella no sabía que hacer ni que decir, se sentía entre la espada y la pared. Dudaba si la estaba tomando el pelo, si yo me estaría enterando de la vaina y encima el otro ahí parado frente a ella. Su capacidad para comprender la realidad fue rebasada.

Finalmente me miró con una cara de “sí”, pero no sé como decírtelo. Y le dije, disfruta.

Ambos masajistas continuaron con su labor y a los pocos minutos se fueron de la sala y nos dejaron a sola para que nos explayásemos.

Conclusiones

Fue una experiencia que repetiría una y mil veces la verdad. Evidentemente, no te invito a hacerle esto a cualquier persona, yo asumí el riesgo porque me pareció que esta persona se lo iba a tomar bien, pero igualmente podría haber salido como el cristo de la aurora.

Fue muy divertido y muy morboso ver cómo nos calentaban y después nos dejaban a solar para f****** cómo locos.

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